miércoles, 1 de octubre de 2008

Luis Santiago, el bebe asesinado por su padre!


LUIS SANTIAGO ASESINADO POR SU PADRE

La principal prueba contra Orlando Pelayo Rincón son los testimonios de 3 hombres que aseguran que les ofreció dinero para secuestrar al pequeño, que -según Medicina Legal- murió por falta de oxígeno.
A escasas horas de que Pelayo hiciera un teatral llamado de para que su hijo fuera devuelto, y cuando el repudio por el secuestro crecía en Chía, un informante contactó a los investigadores del Gaula y la Sijín. Para ese momento, el pasado viernes, la recompensa había subido a 20 millones de pesos.
Hasta entonces se seguían dos pistas sobre la desaparición del niño de 11 meses, una eventual represalia contra Ivonne, la mamá, y un secuestro extorsivo, pues el padre había recibido un préstamo de 8 millones de pesos.
EL DRAMA DEL SECUESTRO
Tres días antes del secuestro, Pelayo, Martha Garzón y un segundo hombre, Orlando Ovalle Moreno, a quien las autoridades identifican como compañero sentimental de la mujer (y que fue recapturado la noche del martes), recorrieron varias zonas de Chía, Tenjo y veredas cercanas para buscar el sitio donde dejarían al niño.
A las 7 p.m. del miércoles 24, Pelayo dejó a Ivonne y a su hijo en la casa, en la vereda Tíquiza. Quería cerciorarse de con quién quedaba Ivonne, que residía allí con una tía que no estaba ese día. Ivonne vio televisión, le dio de comer a Luis Santiago y lo durmió.
Una hora después escuchó ruidos. Cuando se levantó se encontró de frente un encapuchado que se lanzó sobre ella y la golpeó. El hombre, dijo un investigador, tiene la cara rasguñada, pues en el forcejeo la madre logró arrancarle el pasamontañas. La Policía, tras la investigación, lo identificó como Jorge Ovalle.
"¿Dónde está la plata?", gritaba el secuestrador. Por eso ella asoció al comienzo que el plagio tenía que ver con los 8 millones de Pelayo. Al final, los delincuentes se llevaron a Luis Santiago. En la fuga, una media del niño se enredó con el alambre de una cerca.
Ese detalle, que le faltaba una media, les dijo desde el primer momento a los policías que ayer encontraron el cuerpo de un bebé en el cerro Tíquiza que se trataba de Luis Santiago.
Pelayo, confesaría después Martha Garzón, esperaba en el taxi a unos 150 metros de la vivienda. La mujer calmó al niño y con el hombre de la capucha abordaron el automóvil. Recorrieron la vía hasta el cerro y, creen los investigadores, probablemente el niño murió en el carro asfixiado con una bolsa. Pelayo confesó que la mujer se ofreció a matar al bebé: "Si quiere lo hago yo para que no le vaya a dar remordimiento", fue la frase consignada en el expediente.
Cuando habían transitado 1,9 kilómetros, arrojaron al chiquillo en el sitio donde ayer terminó la búsqueda, a las 7:30 de la mañana. Pelayo había descrito el lugar.
El bebé estaba entre el rastrojo, a unos cuatro metros del camino.

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